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Tercer Domingo Tiempo Ordinario A
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Año XXXIV – Número 11 – Ciclo A –
27 de enero de 2008
TERCER DOMINGO
TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA PAGINA
RECUPERAR LA RADICALIDAD
En el Evangelio de hoy la palabra de Jesús se hace llamada: seguidme y os haré pescadores de hombres. La llamada es invitación al seguimiento de Jesús con vistas a un proyecto en favor de la humanidad. El punto de partida de todo seguimiento es el encuentro con Jesús, una experiencia de fe en Jesús. Lo demás es voluntarismo peligroso o moralismo estoico. Si falta ese encuentro con Jesús, ese fundamento de la fe, el seguimiento se nos puede tornar imposible o, lo que es peor, se nos puede tornar una carga insoportable. Si nos falta la fe podemos quedar aplastadas bajo el peso de la radicalidad del seguimiento.
Algo así les sucedió a los primeros discípulos. Su bienintencionado y generoso propósito de seguir al Maestro llegó hasta el momento decisivo y crítico de la Cruz. Luego llegó el escándalo, la decepción y la dispersión. Sólo la fe pascual, el encuentro definitivo con el Resucitado, les convocó de nuevo y les afianzó en el seguimiento radical y definitivo. La buena voluntad anterior, el deseo de seguirlo, incluso la seducción de la persona de Jesús no fue suficiente para ayudarles a superar el escándalo de la Cruz, la hora de la crisis. Por eso, llegado ese momento, “todos le abandonaron”… se rompió el seguimiento.
De ahí que la pregunta que nos surge desde lo más profundo es cómo seguir nosotras y nosotros a Jesús en los inicios de este siglo XXI, en el seno de este mundo que solemos llamar occidental y desarrollado al que pertenecemos y no desistir en el intento. Cómo hoy, éste, nuestro pueblo, nuestra “Galilea de los gentiles”, que parece caminar en tinieblas puede encontrar la luz. ¿Estaremos repitiendo la misma historia del siglo I cuando “todos le abandonaron”…?
Para responder a esta pregunta, tan antigua y siempre nueva, no hay recetas. Es seguro que Jesús sigue llamando con la misma prioridad y radicalidad que en los primeros tiempos. Tal vez, sea esa radicalidad la que tenemos que rescatar. La mediocridad y el miedo nos matan. Al ignorar su radicalidad, ¿no habrá dejado de ser nuestro gozo el Evangelio de Jesús para convertirse en nuestro problema? ¿No será -como apunta Metz- “que la Iglesia ha perdido su fuerza irradiadora no porque exige demasiado, sino en el fondo porque exige muy poco, es decir, por presentar con poca claridad sus exigencias a la luz de las prioridades del Evangelio”?
Radical significa perteneciente o relativo a la raíz. Y nuestra raíz es Jesús. No estoy invitando al rigorismo sino a volver a nuestra raíz, invito a recuperar la radicalidad. El rigorismo procede más bien del miedo, mientras que la radicalidad nace de la libertad de la llamada de Jesucristo: seguidme y os haré pescadores de hombres. Antes de la invitación al seguimiento Jesús presenta una buena y bella noticia de salvación, un Reino de justicia y de vida plena al que se tiene acceso ya desde ahora y que es como un banquete nupcial o un tesoro escondido. Eso es lo realmente decisivo. El Reino como Buena Noticia de salvación tiene una dimensión tal de ultimidad que todo lo demás, visto desde la fascinación que él provoca, se convierte en penúltimo y pierde densidad.
La llamada a la radicalidad implica hoy un compromiso firme con la justicia y los derechos humanos. No es evangélico que la seguidora o seguidor de Jesús se encierre en sí misma, en su familia, en su pequeño mundo… y se desentienda del resto de la humanidad. Tampoco es evangélico que miremos tan lejos que no veamos a las personas que tenemos cerca. Y menos evangélico es aún, el no mirar, el no querer ver ni de cerca ni de lejos. La radicalidad es compatible con la debilidad no con la falta de compromiso. En este mundo que nos llama a las rebajas, a lo light, a los saldos… es preciso mantener la radicalidad evangélica, no enmendarle la plana a Jesús. Si “aguamos” la radicalidad o “abaratamos” la gracia estamos traicionando la esencia del Evangelio y corremos el riesgo de convertir el cristianismo en algo superfluo.
MARICARMEN MARTÍN
DIOS HABLA
ISAIAS 8,23b-9,3
En otro tiempo el Señor humilló el país de Zabulón y el país de Neftalí; ahora ensalzará el camino del mar, al otro lado del Jordán, la Galilea de los gentiles. El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande; habitaban tierra de sombras, y una luz les brilló. Acreciste la alegría, aumentaste el gozo; se gozan en tu presencia, como gozan al segar, como se alegran al repartirse el botín. Porque la vara del opresor, el yugo de su carga, el bastón de su hombro, los quebrantaste como el día de Madián.
I CORINTIOS 1,10‑13.17
Os ruego, hermanos, en nombre de nuestro Señor Jesucristo: poneos de acuerdo y no andéis divididos. Estad bien unidos con un mismo pensar y sentir. Hermanos, me he enterado por los de Cloe que hay discordias entre vosotros. Y por eso os hablo así, porque andáis divididos, diciendo: «Yo soy de Pablo, yo soy de Apolo, yo soy de Pedro, yo soy de Cristo». ¿Está dividido Cristo? ¿Ha muerto Pedro en la cruz por vosotros? ¿Habéis sido bautizados en nombre de Pablo? Porque no me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.
MATEO 4, 12‑23
Al enterarse Jesús que habían arrestado a Juan, se retiró a Galilea. Dejando Nazaret, se estableció en Cafarnaún, junto al lago, en el territorio de Zabulón y Neftalí. Así se cumplió lo que había dicho el profeta Isaías: «País de Zabulón y país de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles. El pueblo que habitaba en tinieblas vio una luz grande; a los que habitaban en tierra y sombras de muerte, una luz les brilló». Entonces comenzó Jesús a predicar, diciendo: «Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos». Pasando junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, a Simón, al que llaman Pedro, y a Andrés, su hermano, que estaban echando el copo en el lago, pues eran pescadores. Les dijo: «Venid y seguidme, y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y,pasando adelante, vio a otros dos hermanos, a Santiago, hijo de Zebedeo, y a Juan, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre. Jesús los llamó también. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron. Recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas y proclamando el Evangelio del reino, curando las enfermedades y dolencias del pueblo.
EXEGESIS
PRIMERA LECTURA
Si el orden de factores no altera…. los textos de hoy habrá que leerlos después de lo que sigue en Is.9,2-7, y que leíamos en la ‘misa del gallo’. Ya que toda esta alegría que anuncia Isaías tiene su origen en el nacimiento del Enmanuel (7,14) ‘porque un niño nos ha nacido’ y descrito en estos versos como “Consejero admirable, Dios potente, Padre eterno, Príncipe de la paz”, que es ‘una luz grande’ (v.9,2).
Esta luz brilla en la atormentada tierra de Zabulón y Neptalí, y ahora ‘en la Galilea de los gentiles, donde se desborda la alegría como en tiempo de vendimia y de cosecha. Desde este texto se entenderá mejor el Evangelio como la irrupción de la ‘luz que ilumina a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte’ (Lc. 1,79), y cómo Jesús envía a decir a sus discípulos que Él irá delante de ellos a Galilea, ‘allí le veréis como os había dicho’ (Mt 16,7).
Y desde allí se extenderá el anuncio de la Buena Noticia de Jesús resucitado. Para encontrar una situación semejante hoy en día habría que ir a las misiones, a los puestos de vanguardia donde se anuncia la Buena Noticia a gentes que la disfrutan y la gozan ‘como gozan al segar’. El mundo de los pobres, de los ciegos, de los humillados de la tierra. Desde nuestra posición de viejos cristianos (más bien, cristianos viejos) aferrados a Jerusalén es difícil que podamos experimentar la alegría de los recién nacidos a la luz, a la esperanza, a la fraternidad recobrada, a la filiación sentida. Ver la cara de los cristianos en África, en Asia es otra historia. Sobre ellos pesan la humillación (8,23b) las tinieblas, los malos sueños de un pasado de esclavitud y de un presente con poco futuro… ¡hay que verlos cómo trabajan por conocer el evangelio y predicarlo! ¡Qué catequistas! Hay que verlos también metidos en las mejores iniciativas de desarrollo, educación, sanidad! Hay que verlos con qué satisfacción comparten los pequeños ‘botines’ que les llegando ayuda externa.!
Y es que los profetas no son adivinos ni agoreros, son ‘videntes’, saben leer los signos de los tiempos, nos ayudan a percibir en cada momento las presencias del Reino de Dios. Son por ello de ayer y de siempre.
TOMÁS RAMÍREZ
SEGUNDA LECTURA
El primer tema de la carta es el de la divisiones en la iglesia de que Pablo se ha enterado : hay grupos enfrentados, pero no resulta fácil determinar el origen y características de estos grupos. Quizás se trate de superficiales preferencias acerca del modo de presentar el mensaje por parte de distintos predicadores (Pedro, Pablo, Apolo...) o quizás sea algo más profundo. Pero en todo caso es un hecho que pone en peligro la misma cohesión y cohesión de una comunidad tan joven. Además manifiesta que , en todo caso, se produce una excesiva apreciación de factores humanos incompatibles con un auténtico evangelio. Cristo está mucho más allá de las formas contingentes de presentarlo.
Pablo afronta el problema recordando precisamente este básico rasgo de la fe : lo de más es adherirse personalmente a Cristo y lo de menos los medios por los que llegamos a tener noticia de Él. El Apóstol, en lo que le toca personalmente, muestra que su persona no es el punto definitivo de la salvación sino que ésta viene sólo por Cristo.
La aplicación para el presente es muy obvia : también tenemos en la iglesia actual divisiones, aunque sea por motivos diferentes de los de entonces y con el agravante de que somos “cristianos viejos” que ya deberíamos haber comprendido lo esencia. “Progres” y “carcas”, comunidades populares o integristas, “capillitas” y cenáculos, grupitos para iniciados... son fenómenos actuales.
La forma de afrontar este pluralismo no es - como frecuentemente ocurre - la de intentar ahogar o marginar a los que no están de acuerdo conmigo. Ni la de uniformizar. Sino a) relativizar la importancia de la situación ; el asunto no es nuevo y seguramente no es tan profundo como las divisiones de los cristianos corintios y b), sobre todo ir al centro : una vez más la adhesión al Señor es lo importante y todo el resto es de poca importancia, aunque lo creamos a veces o nos lo hagan creer. Un buen examen de conciencia mostrará que damos más importancia a muchas otras cosas que a la unión con Él.
Esta solución quizás parezca menos práctica. Pero es la verdadera desde el punto de vista evangélico.
FEDERICO PASTOR
EVANGELIO
Texto. Los dos versículos iniciales hablan de un desplazamiento geográfico de Jesús a raíz del encarcelamiento de Juan. Los siguientes versículos 14-16 interpretan ese desplazamiento a la luz de la cita expresa de un texto de Isaías, recogido también en la primera lectura de hoy.
El texto citado hace hincapié en el carácter gentil, es decir, pagano, del territorio al que Jesús se desplaza. Cafarnaún era ciertamente territorio judío, pero por ubicación y por razones históricas adquiría dimensión internacional. Esta dimensión es lo que Mateo quiere resaltar.
En este marco que desborda lo estrictamente judío resuena en el v.17 el mensaje de Jesús. El mensaje es lapidario y directo: convertíos. El término empleado en el original griego trasciende el ámbito de la conducta moral, para englobar también el ámbito de las actitudes mentales.
Y tras la recomendación imperativa, la razón o motivación en que dicha recomendación se basa. La traducción litúrgica, basada en una tradición interpretativa bastante extendida, habla de cercanía del reino de los cielos. No es improbable, sin embargo, que, en vez de cercanía, haya que hablar de presencia: ha llegado el reino de los cielos.
Sin solución de continuidad, la palabra de Jesús se hace llamada: seguidme y os haré pescadores de hombres. La llamada es invitación al seguimiento de Jesús con vistas a un proyecto en favor de todos. El seguimiento se entiende en el texto en el sentido estricto y físico del término, una situación que sólo era posible en vida de Jesús. En el presente del texto, el seguimiento debe entenderse en sentido figurado.
El seguimiento es con vistas a un proyecto, formulado en términos de pesca, dado el oficio de los entonces llamados. La formulación del proyecto no es, pues, extrapolable. Ser pescador de hombres carece de cualquier connotación proselitista y negativa.
Comentario. Todo el texto gira en torno a la petición de un cambio de conducta y de actitud. Con ser necesario el cambio de conducta, lo es mucho más el de actitud, puesto que es en éste en el que aquél se sustenta. ¿De qué servirían, en efecto, hechos ocasionales de buena conducta si no estuvieran sustentados en un soporte estable?
Pero al hablar de soporte estable no hay que pensar en las estructuras externas a la persona, sino en las estructuras internas a la misma. Ya ha pasado el tiempo en que se creía que todo cambiaría con el solo cambio de las estructuras externas. La cruda realidad ha demostrado la ingenuidad y la falacia de ese planteamiento.
Ha llegado el tiempo de la introspección y del análisis crítico de uno mismo. Es preciso hurgar en el propio andamiaje interior para, probablemente, destruirlo y cambiarlo por otro.
La tarea no es nada fácil, pues choca con indómitas resistencias psicológicas. Pero sólo una depuración interior a fondo hará viable un mundo diferente.
En óptica cristiana este mundo diferente tiene denominación propia: Reino de los cielos. Este reino está ya aquí, desde el momento en que Jesús lo gritó. Pero este reino está siempre pendiente de personas que lo sigan gritando, no desde el proselitismo de la pesca de personas, sino desde el testimonio de la propia actitud, reflejada en conductas concretas. Esta es la tarea del cristiano; éste es su proyecto; ésta es la vocación a la que Jesús llama a todos los cristianos.
ALBERTO BENITO
NOTAS PARA LA HOMILIA
UN PASEO POR EL ARTE
Es muy positivo y educativo darse algún paseo por las exposiciones de arte aunque a veces resulten desagradables y dejen un mal sabor de boca. En ellas se nos muestra, escenificado, todo el proceso de búsqueda que la humanidad vamos haciendo por encontrarnos a nosotros mismos.
Si cada uno nos preguntamos continuamente por nuestra propia realidad e imagen a la vez que formulamos cuestiones sobre un futuro siempre mezclado de temor y esperanza, los artistas son nuestro subconsciente aflorado a la superficie de un lienzo o a la figura de una escultura o a los sonidos de una composición musical, en los que reflejan el rostro de una humanidad doliente o sonriente o tristemente divertida.
Hasta hace unos años, entrar en una exposición era toparse con una colección de monstruos amenazadores capaces de turbar el sueño del más insomne y de provocar pesadillas en el menos timorato.
Hoy entrar en una exposición es entrar dispuesto a soportar la risa, el escarnio y la mofa de todo el que tenga una idea positiva de la vida, una convicción de esperanza o un sentido de futuro.
Los monstruos del siglo XX han dado paso a la visión de fragilidad y sinsustancia en que estamos inmersos, a la pesadilla de entender la vida como pura fantasía efímera en la que vale lo mismo el vuelo fugaz de una mariposa que el soporte de una obra de arte hecha sobre agua que la vida humana edificada sobre aire. Todo es fugaz, pero sobre todo inconsistente.
Es una especie de sensación de coctel en que se combinan todos los elementos que puedan contribuir a resaltar y proclamar que la vida es nada, a lo sumo pura apariencia. Que no hay base que dé pie para la esperanza ni horizonte que haga posible la permanencia en pie de un valor ni, por lo tanto, símbolo que mantenga unidos a los seres humanos en la búsqueda de algo entusiasmante o bello.
Los símbolos, pues, deben ser tratados como corresponde a lo fantasioso y prometedor de utopías inexistentes e inalcanzables. El ser humano, tú y yo y los demás somos nada, pura sensación de una existencia anodina, vacía e irrelevante.
Para conseguir un premio literario hay que terminar en la situación más depauperada y pesimista. Una película tendrá posibilidades si culmina su historia en el final más negativo y un cuadro alcanza su más alto grado de valor cuando nadie puede adquirirlo porque se disuelve en la nulidad vaporosa del material utilizado o en la imposibilidad de manejarlo.
Los cuentos de hadas son puro cuento y la realidad solo tiene en común con ellos la brevedad.
UNA PASADA POR LA ESPERANZA
Para casi todo el que se valora en el mundo artístico nuestra realidad de existencia humana y cósmica es lo más parecido a la ausencia de luz de la que habla la Biblia. Si hemos de estar en la onda del mundo artístico todo es noche, oscuridad y tiniebla.
Como parece que lo ha sido en otros momentos de la historia y como a veces sentimos en momentos puntuales de nuestra vida personal. Como refleja el análisis de su tiempo que hace el profeta Isaías y como breve pero claramente sugiere el evangelio que se sentía la población de Galilea en tiempos de Jesús.
Pues justo cuando nuestro mundo se encuentra abrumado por esta sensación que los representantes de la cultura se empeñan en reflejar y en cultivar, es cuando nuestra comunidad debe asumir esa gran responsabilidad y tarea de hacer presente la esperanza.
Es nuestro tiempo, como antes lo fue de Juan, de Jesús, de los discípulos después y ahora, apuntando a Jesús, el gran actor de la historia, el gran símbolo de la esperanza, la gran palabra de Dios sobre la humanidad, la gran invitación al amor que permanece en la historia en forma de solidaridad y de perdón.
Podremos tener opiniones distintas, podremos tomar posturas diferentes, podremos ser cristianos con simpatías diversas. Pero el gran problema de la humanidad es la esperanza y en él debemos estar centrados, por encima de otras cuestiones menos importantes, y unidos a Jesús que es quien nos sigue llamando como hizo con Andrés, Felipe, Pedro, Santiago, Juan, o cualquiera, para que nos decidamos a transmitir ese punto de esperanza que Él hace posible y que en estos momentos es tan necesaria para darle un aire de futuro, de consistencia y de valor al mundo y a la vida.
JOSE ALEGRE ARAGÜES
PARA LA ORACION
Cuando los cristianos nos reunimos para darte gracias, sentimos con nosotros la presencia necesitada del mundo. Un mundo que no siempre sabe encontrar el camino adecuado, señalar los objetivos y animar a la tarea. Por eso, Señor, te pedimos ayuda en su nombre y en el nuestro, para que todos podamos vivir con alegría.
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En el pan y en el vino están presentes los anhelos, problemas y esfuerzos de la historia. A muchos antepasados anónimos les debemos la situación en que hoy nos encontramos porque Tú has hecho fructífero su trabajo y sacrificio. Haz que nos unamos a la tarea histórica de transformar el mundo
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La vida, Señor, está llena de signos de tu amor. Necesitamos limpiar nuestra mirada para descubrirlos, para ver cómo en este mundo que hiciste para nosotros, no nos has dejado solos, sino que sigues acompañándonos repitiendo la invitación que has dirigido a tantas personas en la historia. Unos te han respondido afirmativamente y han llenado el mundo de sonrisas y gratitud, han hecho posible que la vida fuera un poco mejor y el corazón humano más sensible y solidario.
Necesitamos darte gracias porque la vida contigo es mucho más llevadera. Es incluso apasionante y bella.
Sentimos que estás a nuestro lado dirigiéndonos palabras de ánimo, de perdón, de esperanza y llamándonos a trabajar contigo.
Gracias, pues, Dios grande y bueno porque Jesús nos convoca cada domingo a sentir tu bondad, a experimentar tu amor y tu perdón y a formar una comunidad unida que, con sencillez, quiere servir al mundo
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Al terminar nuestra celebración queremos repetir nuestra oración por el mundo, para que quienes lo habitamos sintamos la vida como un regalo tuyo para desarrollar todas las cualidades que nos has dado y las pongamos al servicio de todos, especialmente de los más necesitados que son tus hijos predilectos.
LA MISA DE HOY
SALUDO
Que a todos los que nos reunimos hoy para darle gracias nos bendiga Dios y nos llene de esperanza, de luz y de confianza.
ENTRADA
En la vida cotidiana y en los ambientes de nuestro mundo de hoy recogemos mucha sensación de cansancio, de poca ilusión, de pocos argumentos para superar los golpes que la vida va repartiendo y de esa pertinaz experiencia de fragilidad que la muerte, tan presente, tan constante y tan variada nos transmite.
“Venid todos los cansados y agobiados”. Aquí venimos, pues, a sentir que el peso de la vida se aligera, que el peso de nuestra propia realidad se hace más llevadero y que la historia de todos es importante vivirla con responsabilidad y con esperanza. Dios nos hablará y, si escuchamos, su Palabra será semilla de amor, de confianza y de esperanza.
ACTO PENITENCIAL
Como humanos que somos, sentimos, Señor, todo el cúmulo de nuestras dificultades, limitaciones y fragilidad.
- Tú que conoces que somos de barro, que nos rompemos con facilidad y no soportamos grandes pesos ni responsabilidades. SEÑOR, TEN PIEDAD
- Tú que sentiste en tu vida histórica la sensación de fracaso, de que la responsabilidad te desbordaba y te sentiste solo. CRISTO, TEN PIEDAD
- Tú que alimentas nuestras energías, cultivas nuestras actitudes y eres siempre ánimo, aliento y apoyo para seguir caminando. SEÑOR, TEN PIEDAD
Oración: Haz, Señor, que sintamos que nos acoges y nos aceptas con todos nuestros defectos, problemas y desánimos, porque tu perdón consiste en asumirnos como somos y en animarnos a cambiar.
LECTURA PROFÉTICA
La sensación de ser pocos y débiles les había llevado a pensar que no contaban para nadie y que no podrían realizar su sueño de libertad y justicia. Pero Dios actuó, la sorpresa se hizo presente y entendieron que en la historia contamos todos.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 26)
El Señor es mi luz y mi salvación.
El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la defensa de mi vida, ¿quién me hará temblar?
El Señor es mi luz y mi salvación.
Una cosa pido al Señor, eso buscaré: habitar en la casa del Señor por los días de mi vida; gozar de la dulzura del Señor, contemplando su templo.
El Señor es mi luz y mi salvación.
Espero gozar de la dicha del Señor en el país de la vida. Espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo, espera en el Señor.
El Señor es mi luz y mi salvación.
LECTURA APOSTÓLICA
Ya en la primera comunidad aparece la diversidad que impregna a todo lo humano. Pero Pablo nos avisa que no hemos de dar tanta importancia a la diversidad sino que nuestra atención debe centrarse en lo realmente importante. Sobre todo en quien importa. Jesús que nos fundamenta y las personas que nos necesitan.
LECTURA EVANGÉLICA
Siempre nos hemos encontrado con tareas históricas que realizar. Siempre la vida es un descubrimiento de esfuerzo y superación. Muchos se cansan, no ven luz ni futuro. ¿Quién les dará ánimo? ¿Quién les hablará de esperanza? Jesús nos invita a echarle una mano. Nos llama a participar en esa tarea tan bonita y humana de ayudar a seguir caminando.
ORACIÓN DE LOS FIELES
A Ti, Dios bueno y sensible, dirigimos nuestras peticiones por este mundo que necesita tantas cosas.
- Por quienes celebramos nuestra fe y posemos cultivar las actitudes que tanto sirven para vivir, como la esperanza, el ánimo y la solidaridad, para que las comuniquemos a otros. Roguemos al Señor
- Por todos los cristianos que continuamente recibimos la invitación de Jesús a participar con Él en la extensión de su Palabra que perdona y anima, para que la escuchemos y respondamos. Roguemos al Señor
- Por nuestro mundo que expresa desaliento, cansancio y desorientación, para que redescubra la importancia y la profundidad de creer en Ti. Roguemos al Señor
- Por los necesitados de pan, de trabajo, de ánimo, de comprensión y de alegría, para que sepan que pueden contar con nosotros. Roguemos al Señor
- Por la comunidad cristiana, la Iglesia, que formamos todos, para que sea consecuente con el evangelio y sensible con la humanidad. Roguemos al Señor
Escucha, Padre bueno, estas oraciones que quieren ser una petición a Ti y un recuerdo para nosotros, pero que son también una necesidad de nuestro mundo, ayúdanos a hacerlas realidad contigo. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
JOSE ALEGRE ARAGÜES
CANTOS PARA LA CELEBRACION
Entrada: Cerca está, cerca está (del disco «Ven y sígueme»); Pescador (1 CLN‑405); Vienen con alegría (1CLN‑728).
Salmo: El Señor es mi luz (1CLN‑717).
Aleluya: Gloria, Gloria, Aleluya (popular ‑Barriales).
Ofrendas: Cuando un niño con hambre pide pan (CB‑56).
Comunión: Tú has venido a la orilla (1 CLN‑407); La barca en la playa («Cantos para una comunidad evangelizadora»).
Final: Anunciaremos tu Reino.
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Nuestra Señora de la Asuncion de Artedosa
San Pedro de Beloncio
San Juan de Berbio
Sto. Domingo de Marea
Santa Ana de Maza
Santa Eulalia de Ques
Santo Toribio de Tozo
Santuario Virgen de la Cueva
La Obra Pia de Piloña y Colegiata de Infiesto
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