Historia de Infiesto
Historia de la Parroquia
Sacerdote
Horarios
Fotos Parroquia
Objetivos
Plan Pastoral
Patrono
Patrona
Novedades
Grupos
Catequesis
Acciones Pastorales
Jovenes
Adultos
Coro
Caritas
Cofradia Sto. Cristo de la Misericordia
Adoración nocturna
Sinodo Diocesano
Dibujos
Lecturas dominicales
Homilias y Hoja Dominical
Hoja Parroquial
Recursos católicos
Cancionero cristiano
Misal Romano
Lecturas del día
Santo del día
Enciclicas
|
IV Domingo Tiempo Ordonario A
|
Año XXXIV – Número 12 – Ciclo A –
3 de febrero de 2008
CUARTO DOMINGO
TIEMPO ORDINARIO

Los que no cuentan son lo que cuenta
Me regaló, ayer mismo, mi amiga María la inspiración para empezar este texto, ‘doy gracias a Dios por haberme permitido conocer a una mujer sencilla de corazón grande’ escribía ante la muerte de su abuela, encamada durante 14 años (cifra que se dice pronto para quien no ha pasado este proceso) en los que ha ido perdiendo la conciencia y como solemos decir la cabeza, pero no el corazón, ni la capacidad de sufrir, ni la capacidad de vivir hasta que hace un par de días se abandonó al Padre, quizás cansada ya o quizás porque esa era su día y su hora.
Y a pesar de todo el dolor, de todas las preguntas, hasta en algunos momentos de la incomprensión de tal situación, de la pregunta por qué le toca a ella vivir esto y por qué nos toca a nosotros vivirlo con ella, a pesar de todo, estoy segura de que María y su familia han aprendido más de vaciarse de cosas huecas, de misericordia y cariño, de compasión, de espera activa, de dar valor a la vida, de hacer la vida más fácil al prójimo, vamos de las cosas importantes de la vida, de las cosas que cuentan, de las que hacen personas y no autómatas, acompañando la dolorosa enfermedad de su abuela.
La vida de las personas cuyo nombre no marcará la historia, ni será conocido, ahora mismo me doy cuenta que no sé ni su nombre, la vida de los que para el mundo no cuentan es para muchos el espacio donde se hacen más humanos y más creyentes, son los que no cuentas los que más nos ayudan a crecer.
Y que nadie piense que es casual, Dios ha elegido del mundo lo marginal, lo débil, lo que no cuenta para revelársenos, para despertar las semillas que sembró en nuestros corazones para hacernos capaces de infinita misericordia y por tanto capaces de Dios. Por encima de otros medios es la misericordia ante el dolor de los que sufren lo que habilita nuestro corazón para el encuentro con el Otro. Ser capaces de sentir por otros, de sufrir y esperar con otros, de asumir como propia sus cruces, de cargar nosotros con ella en la medida de lo que se pueda y podamos, es la puerta para que Dios entre en nuestras vidas.
En realidad nuestra oración debiera pedir dejarnos mover el corazón hacia la misericordia. Sentir a Dios es sentir como propio el dolor del prójimo, si el corazón no se nos mueve hacia el dolor de otros es imposible que Dios esté en nosotros, que nos hayamos dejado tocar por Él y la fuerza de su mensaje, encarnado en Jesús de Nazareth.
Quizás algunos estén mejor dotados que otros para sentir el calor de la presencia de Dios en sus vidas, en su oración, no todos nosotros, ni los que pueden, pueden esperar sentir todos los días experiencias místicas de encuentro con el fuego sagrado. Lo que sí podemos todos es poner de nuestra parte para cambiar la mirada, descubrir las cosas que cuentan, las opciones que nos hacen mejores y reconocer que lo que vale es lo que para el mundo no cuenta, que Dios se hace servir de lo débil para hablarnos.
Dichosos los misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia, dichoso quien ha dado 14 años de su vida por cuidar a una anciana desvalida, dichoso por ese tiempo callado, sin reconocimiento social, quizás en más de una ocasión sin sentido social (para qué cuidar una vida inútil), dichoso quien ha descubierto a Dios en limpiar, cambiar las sábanas, acompañar, leer un libro o dar de comer a quien no puede hacerlo solo. Dichoso porque se ha hecho humilde para cumplir los mandamientos de la misericordia divina, dichoso porque ha sabido buscar al Señor en su vida y no ha huido de sus llamadas, dichoso porque ha descubierto en el rostro de una anciana demenciada el rostro de Jesús.
También en esa experiencia de entrega callada y asistencial, Dios cambia el sentido de la historia humana, devuelve al mundo la justicia. Si en el Reino de los Cielos se escribe en mayúsculas el nombre de los que sufren y lloran, también en la tierra cuando son consolados, atendidos y mimados. Dichosos los que encuentran en esa entrega misericordiosa sentido para vivir, porque de ellos es el Reino de los Cielos.
ELENA GASCÓN
DIOS HABLA
SOFONIAS 2,3;3, 12‑13
Buscad al Señor los humildes, que cumplís sus mandamientos; buscad la justicia, buscad la moderación, quizá podáis ocultaros el día de la ira del Señor. «Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que confiará en el nombre del Señor. El resto de Israel no cometerá maldades, ni dirá mentiras, ni se hallará en su boca una lengua embustera; pastarán y se tenderán sin sobresaltos».
I CORINTIOS 1,26-31
Fijaos en vuestra asamblea, hermanos, no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder. Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor. Por él vosotros sois en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención. Yasí -como dice la Escritura- «el que se gloríe, que se gloríe en el Señor».
MATEO 5,1‑12a
En aquel tiempo, al ver Jesús al gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».
EXEGESIS
PRIMERA LECTURA
La profecía de Sofonías tiene un lema machacante “el día de la ira del Señor” (ese ‘Dies irae, dies illa’ medieval que sembraba terror y amedrentaba al cristiano pecador con la amenaza del ‘día de la ira, día en que los siglos quedarán reducidos a cenizas’).
El ‘día del Señor’, en la Biblia, no tiene en principio connotaciones negativas, puede ser día de salvación; o puede ser de juicio, que salva a los justos y extermina a los malvados.
Es sin embargo en Sofonías donde se intercala el ‘de la ira’, lo cual ya nos dice que será de condena, de venganza. Está dirigida su palabra a Judá, en el período intermedio entre la destrucción de Israel, el reino del Norte (a.722), y la destrucción de Jerusalén (597) y finalmente la del Templo (586). Probablemente antes del a.621 en el que Josías intenta la gran reforma deuteronómica.
No ve por tanto Sofonías indicios de que este pueblo de Judá haya aprendido la lección que debía de la destrucción de su hermana Samaría, la capital del reino del norte, Israel.. Al contrario, la experiencia de reyes impíos como Manasés y Amós, favoreció el desorden religioso (B.de J.), sobre todo en las clases dirigentes, que se sentían seguras por sus alianzas con pueblos paganos.
En medio de esta desolación y mal gobierno el profeta ‘ve’ sin embargo una esperanza: “los humildes que cumplen los mandamientos del Señor” (2,3).
Sobre su fidelidad a los mandamientos y la confianza en el Señor se apoya la esperanza para el pueblo. Estos humildes, pobres (anawîm) son la garantía de un renacer. Ellos constituyen ese ‘resto de Israel’ (v.7.10; 3,13..) que se mantendrá fiel al Señor consiguiendo que ‘la ira del Señor’ se convierta en día de purificación y de alegría (3,9.14). Este pueblo humilde (‘los humildes de la tierra’ v.3), ‘el resto de Israel’ se convierte así en la figura del Mesías; y es a la vez una persona concreta y un pueblo y un pequeño grupo de fieles que son quicio sobre los que gira toda la esperanza y salvación de la humanidad.
Poca cosa, ‘siervo’, porque no son nada en la sociedad de hoy y de siempre, pero toda una multitud de humildes , buscadores de la justicia, compasivos, pobres y humildes, sinceros, personas ‘de una pieza’, limpios de corazón… expresiones del profeta que como un boomerang retornan desde el texto evangélico de este domingo, dándoles la profundidad que Jesús les confiere con su propia persona, que es ‘manso y humilde’..
En esta sociedad ‘alegre y confiada’ nuestro empeño por permanecer como un pueblo pobre y humilde (v.3,12) es el camino único para que ‘podamos ocultarnos del día de la ira del Señor’.
TOMÁS RAMÍREZ
SEGUNDA LECTURA
Como en tantos otras ocasiones es imprescindible tener en cuenta el contexto de este párrafo para entenderlo: se trata de la exposición que Pablo hace del poder de Dios y de su forma de manifestarse ante quienes tienen criterios mucho más “rastreros” o “mundanos”. Era un tema anunciado en los vv. 1,7 y 18.
En Corinto hay bastantes marginados y oprimidos, quienes juzgan tenían la tentación de enfocar el mensaje cristiano como un medio de promoción social o de hacerse superiores a los demás con un conocimiento especial o cosas parecidas.
Pablo muestra cómo procede Dios. Un caso concreto de esa “estrategia divina” es la humilde - considerada con criterios “normales” - composición de la comunidad, que ejerce, sin embargo, su función de proclamar a Cristo.
¿Porqué este proceder paradójico de Dios?. ¿Es acaso un escaso aprecio de los bienes de la creación - poder, riqueza, belleza, nobleza... - que Él mismo ha creado?. En último término, ¿prefiere Dios la ignorancia y desprecia la sabiduría?.
Naturalmente Dios no va a estar en contradicción consigo mismo y poner en marcha un mundo donde la sabiduría, la inteligencia, los medios de todo tipo, etc. con imprescindibles y luego, en el momento decisivo, negar validez a todo ello.
La razón de la aparente paradoja está en el v. 30 : sólo Cristo Jesús es sabiduría. Cuando cualquier otra cosa se toma como autónoma, separada de Él, con valor en sí misma... es rechazable. Cuando nos “gloriamos”, nos apoyamos en nosotros mismos o en nuestros logros, nos fiamos de nuestras fuerzas... somos, en suma, soberbios al estilo fariseo, Dios se encarga de revelarnos que eso no vale y que su fuerza va por otro camino. Además, en el mundo presente los dones de Dios producen, de hecho, autocontentamiento y hasta menosprecio de los demás, actitudes del todo incompatibles con el mensaje. Hay una tendencia de “lo alto” o “los altos” a apoyarse en sí a costa de los demás y hasta a cerrarse al mismo Dios, separándose de la adhesión y total dependencia de Él.
Tenemos, pues, una pedagogía divina que da preferencia lo pequeño, lo marginado, lo débil... porque allí es más fácil sentirse receptivo y dependiente de Dios y no egocéntrico, autosuficiente, seguro de uno mismo. Así nos podemos gloriar, pero en el Señor y no en ninguna otra cosa.
FEDERICO PASTOR
EVANGELIO
Texto. Mateo ha reunido muchas de las enseñanzas de Jesús en cinco grandes bloques, imitando probablemente la distribución de la antigua ley, escrita en los cinco libros del Pentateuco.
El texto de hoy constituye la obertura del primer bloque de enseñanzas. Los destinatarios son explícitamente los discípulos, no la gente en general. El texto, pues, presupone una opción por el Reino de los cielos o, empleando un término característico de Mateo, una opción por la justicia. Dos veces aparece este término en el texto de hoy (vs. 6 y 10) y es sinónimo de las expresiones la voluntad del Padre celestial, lo que Dios quiere.
El versículo introductorio es mucho más que una ambientación más o menos casual. Jesús se sienta: un gesto propio de la autoridad del maestro. En la cátedra del monte, nuevo y definitivo Sinaí, cátedra abierta a todo el que, en cualquier época, quiera ser discípulo de Jesús.
El cuerpo del texto lo componen nueve bienaventuranzas, en las que se declaran dichosas a personas consideradas, de ordinario, insignificantes o desgraciadas.
La primera bienaventuranza plantea un problema de sentido: ¿opción por la pobreza o sencillez de espíritu? En esta publicación nos hemos decantado habitualmente por el primer sentido. Tal vez sea necesario matizar y entender la bienaventuranza en referencia a la sencillez de espíritu de quien es materialmente pobre. Dichosos los pobres, sencillos de espíritu. Mateo, en efecto, parece fijarse más en actitudes que en situaciones. La pobreza de que se habla ni es un simple fenómeno material ni tampoco es simplemente una actitud espiritual.
El futuro prometido en cada una de las bienaventuranzas no debe limitarse a un más allá después de la muerte; el futuro prometido comienza ya aquí y ahora.
Comentario. La ubicación que Mateo ha dado a las bienaventuranzas convierte a éstas en un programa para todo el que quiera ser discípulo de Jesús. No un programa de lucha, sino de esperanza y de certeza en medio de la dificultad, llámese ésta persecución, desprecio, indiferencia o duda.
Las bienaventuranzas no pregonan resignación o alienación; pregonan consuelo y fuerza en medio de la adversidad. Bienaventurados, en efecto, sólo son declarados aquellos que actúan y arriesgan. Las bienaventuranzas no sancionan un status injusto; fortalecen a los que trabajan en un status injusto que quieren cambiar.
Las bienaventuranzas presuponen que el trabajo se hace desde la apertura a Dios y en sintonía con él. Las bienaventuranzas sólo tienen sentido y cobran valor para quienes Dios es alguien entrañable.
ALBERTO BENITO
NOTAS PARA LA HOMILIA
“Dichosos los que eligen ser pobres, porque ésos tienen a Dios por Rey”. Traducción de J. Mateos, El Evangelio del reino. Madrid, 1981, pp.53-54.
Esta traducción que su autor demuestra con toda la autoridad que su probada ciencia bíblica le concede, es la correcta interpretación de la primera bienaventuranza que a lo largo de la historia ha sufrido tanto arreglos. El motivo no sólo estaba en la ignorancia del texto original, sino en la dificultad de llevar a la práctica su contenido.
Si Dios es amor y su maravillosa creación pone abundantes recursos para todos sus hijos, no puede menos de sufrir por la escandalosa situación del mundo: pueblos expoliados de sus mejores riquezas para que otros países puedan continuar en su lujoso bienestar material; pueblos crucificados por la pobreza, el hambre y la muerte, en los que se continúa la pasión del Siervo de Yahvé. Su pobreza es estructural, programada desde una economía mundial, dominada diabólicamente por el dinero.
Los todos los pobres son víctimas de un pecado que radica lejos de ellos. Su triste presente arranca desde muy lejos.
Dios quiere y ama a los pobres no porque sean buenos, sino porque son pobres y porque Él es bueno. Por eso no quiere la pobreza para sus hijos.
Esta bienaventuranza que hoy escuchamos, no podemos reducirla al breve espacio del templo, sino que hemos de profesar nuestra fe y nuestra obediencia al Evangelio ante el panorama mundial que conocemos bien, y ante el rostro del Padre que podemos imaginar. Quien se desentiende de los pobres, se desentiende de Dios Padre, por mucho culto y prácticas religiosas que acumule.
El Buen Samaritano, José de Arimatea y Nicodemo encabezan la comunidad de fieles discípulos de Jesús que tras Él, pretenden instaurar el Reino de Dios en el mundo, en otro mundo que entre todos creemos posible.
Conversión
El Evangelio de hoy es una fuerte llamada a nuestra conversión. Si nos acercamos a los excluidos de la sociedad y escuchamos lo que nos dicen sus vidas, recibiremos por medio de ellos la gracia de Dios para convertirnos a la solidaridad. Al acercarnos con el corazón a ellos, nacerá en nuestro interior la ternura, la compasión y la lucha por la justicia.
Los pobres son un grito de Dios a cada uno de nosotros: “tuve hambre...estuve enfermo...en la cárcel...tuve que emigrar...” ¿Tendremos fe suficiente para escucharle? Sus gritos son proféticos porque gritan de parte de Dios, nos interpretan críticamente el presente mundial y exigen un futuro diferente, más humano y más fraterno.
La fuerza de Dios en este mundo se manifiesta en la debilidad. Al lado de los pobres nuestro amor a Jesús se hace real y palpable, gracias al Espíritu que está en ellos, como fermento hacia un mundo nuevo, más justo y más humano.
La saturación que sufrimos de palabras y teorías, junto a los pobres se cambia en una clara y sencilla conversión al seguimiento de Jesús. Los pobres nos curan de caer en el barroquismo de una mentalidad nostálgica y vacía de fe, que convertiría el cristianismo en una etiqueta meramente social. Junto a ellos se relativizan los pequeños problemas de mentalidades burguesas y se aterriza en el duro suelo de la realidad humana.
La traducción del P. Mateos S. J., actualiza fielmente el mensaje de Jesús. Nuestra “elección” de la pobreza significa ponernos de parte de ellos con solidaridad, o sea, frenando nuestra avaricia y afán de riquezas, huyendo del consumismo materialista y pasando a la austeridad, participando en la lucha a favor de la justicia y aportando nuestra ayuda personal a casos concretos con toda la humanidad y cariño de que seamos capaces.
LORENZO TOUS
PARA LA ORACION
Señor y Dios nuestro, padre de huérfanos y protector de viudas, que por medio de tu Hijo Jesucristo nos has manifestado tu misericordia entrañable, ayúdanos a purificar nuestra vida de todo egoísmo para que sepamos abrir nuestro corazón a las penas y sufrimientos de nuestros hermanos; así, siguiendo los pasos de tu Hijo, lucharemos por la justicia y el verdadero bienestar de todos.
-----------------------------------------
Ponemos sobre tu altar, Señor, nuestro propósito de compartir las penas y las alegrías de nuestros hermanos. Sentimos la impotencia ante tantos retos que nos platea la realidad de nuestro mundo , por eso mismo confiamos en tu ayuda.
--------------------------------------
Te alabamos porque Tu superaste las falsas ideas de Dios que el pueblo había recibido de sus maestros.
Tu venciste con tu amor la injusticia con que te trataron y en la cruz acogiste al ladrón que te abrió su alma.
Tu cenabas con los excluidos de tu tiempo ante el escándalo de los piadosos fariseos.
Tu diste serenidad y cordura al enfermo que se autolesionaba, porque de Ti se irradia la paz.
Tu curaste una mujer con sólo tocar la punta de tu manto, porque estás lleno de vida desbordante.
Tu predicaste el programa del Reino a pesar de la incomprensión y el rechazo de tantos.
Tu aceptaste con pena la indecisión del joven rico, porque respetas nuestra libertad.
Tu lavaste los pies a Judas, intentando limpiar su corazón.
Te alabamos, Señor, por tu bondad sin límites.
Ayúdanos a imitarte hoy en nuestro mundo.
------------------------------------------
Señor, tu eres el Buen Samaritano que te has compadecido de nosotros y en esta eucaristía nos has curado nuestras heridas y nos has acogido en tu casa.
Sabemos que fuera han quedado muchos otros, abandonados y rechazados por esta sociedad a veces tan insensible.
Nos sentimos enviados a ellos en tu nombre para hacerles participar del consuelo y de la fuerza que nosotros acabamos de recibir con tu presencia de Resucitado.
LA MISA DE HOY
SALUDO
Queridos hermanos y hermanas: la paz del señor y su gracia estén con todos vosotros.
ENTRADA
Sed bienvenidos a la celebración de la eucaristía de este domingo. Sintámonos convocados por el Señor Resucitado, presente en medio de nosotros. Escucharemos la proclamación de las bienaventuranzas, que son la constitución del Reino de Dios. Recibiremos también su fuerza para cambiar nuestra vida y vivirla al estilo de Jesús.
ACTO PENITENCIAL
-Porque a veces pasamos de largo ante el dolor y la pobreza de nuestros hermanos, Señor, ten piedad.
-Porque a veces por comodidad no estamos dispuestos a conocer de cerca el sufrimiento de nuestros hermanos, Cristo, ten piedad.
-Porque generalmente no sabemos descubrir tu rostro en la vida de los pobres, Señor, ten piedad.
LECTURA PROFÉTICA
La primera lectura es una invitación a los humildes para que busquen la justicia. Así serán un pueblo protegido directamente por el Señor, el pueblo del futuro que vivirá en paz.
SALMO RESPONSORIAL (Sal 145)
Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos
El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente, él hace justicia a los oprimidos, él da pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos.
Dichosos los pobres en el espíritu...
El Señor abre los ojos al ciego, el Señor endereza a los que ya se doblan, el Señor ama a los justos, el Señor guarda a los peregrinos.
Dichosos los pobres en el espíritu...
Sustenta al huérfano y a la viuda y trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, tu Dios, Sión, de edad en edad.
Dichosos los pobres en el espíritu...
LECTURA APOSTÓLICA
San Pablo nos presenta en esta lectura el perfil social de los primeros cristianos que, gracias a su predicación, se convirtieron al Evangelio de Jesús en la cosmopolita ciudad de Corinto. Casi todos procedían de ambientes humildes y pobres. En su pequeñez y pobreza, el Espíritu Santo derramó abundantemente sus dones, tal como describe el apóstol en esta misma carta.
LECTURA EVANGÉLICA
El texto evangélico que escuchamos son Las bienaventuranzas según el evangelista Mateo. Son un programa de esperanza en medio de la dificultad para el que quiera ser discípulo de Jesús. Las bienaventuranzas sólo tienen sentido y cobran valor para quienes Dios es alguien entrañable.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Oremos, hermanos, para que nuestra comunidad y la iglesia entera nos convirtamos al mensaje de las bienaventuranzas. Podemos responder: ASÍ SEA.
-Por los pobres que conocemos , para que reciban de nosotros el amor y los recursos que necesitan para poder vivir dignamente. Oremos.
-Por los que organizan las comunidades cristianas, para que destinen a los pobres tantos recursos como los que ofrecen al culto y a la catequesis. Oremos.
-Por todos los que gobiernan las naciones, para que ayuden a preparar otro mundo más justo y fraterno. Oremos.
-Por los que están entregados al servicio de los demás, especialmente de los excluidos de la sociedad, para que sientan la fuerza del Espíritu. Oremos.
-Por todos los que sufren, para que sientan el consuelo de Dios y la ternura de los hombres. Oremos.
-Por los perseguidos por su fe, para que se sientan apoyados por nuestra oración y nuestro afecto. Oremos.
-Por nuestros difuntos, para que intercedan por nuestra conversión al Evangelio. Oremos.
-Por todos nosotros, para que las bienaventuranzas que hemos escuchado, sean de verdad nuestro programa de vida. Oremos.
Oración: Escucha, Señor, nuestras plegarias y fortalece con tu gracia nuestra debilidad, para que seamos capaces de seguir los pasos de tu Hijo Jesús, que estuvo con preferencia al lado de los excluidos de la sociedad. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén
LORENZO TOUS
CANTOS PARA LA CELEBRACION
Entrada: Cristo es el camino, del disco «Dios es Amor» (CB‑51 B); Dios está aquí; (CB‑67); Juntos como hermanos (ICLN‑403).
Acto Penitencial: I CLN‑B 3.
Salmo: Dichosos los pobres (de Cols) o LdS.
Aleluya: Canta aleluya al Señor
Ofertorio: Las bienaventuranzas (I CLN‑735).
Santo: 1 CLN‑I 4.
Comunión: Quiero estar a tu lado (deldisco «16 Cantos para la Misa»); Fiesta del banquete (1CLN‑O 23), ¿Le conocéis? (=Con vosotros está) (1 CLN‑723).
Final: Dichosos para siempre (ICLN‑737).
|
Nuestra Señora de la Asuncion de Artedosa
San Pedro de Beloncio
San Juan de Berbio
Sto. Domingo de Marea
Santa Ana de Maza
Santa Eulalia de Ques
Santo Toribio de Tozo
Santuario Virgen de la Cueva
La Obra Pia de Piloña y Colegiata de Infiesto
Mapa web
Enlaces
Callejero
Tiempo
Horario Misas de España
La Nueva España
El Comercio
La Voz de Asturias
Toda la prensa del Mundo
Email
Santa Sede
C. Episcopal Española
Archidiocesis de Oviedo
Parroquia de Llaranes
Parroquia de Miranda
P. de Moreda de Aller
Parroquia de Sabugo
Parroquia de S. Lorenzo
P. Corazón de María (Gi)
Diocesis de España
|